Rojava: Una alternativa ante el belicismo regional, la represión social y el sistema estatocéntrico

Simona Granati – Corbis. Colección Getty Images News. Creada el 1 de noviembre de 2019.

Introducción

Comprender la realidad de Medio Oriente implica enfrentarse a su complejidad cultural e histórica. Esta región alberga una vasta diversidad de etnias, cada una con tradiciones, cosmovisiones y estructuras sociales únicas. Sin embargo, el intervencionismo de potencias occidentales ha jugado un papel central en la consolidación de la inestabilidad política y social que caracteriza a la región.

A lo largo de la historia moderna, las potencias occidentales han ejercido un control significativo sobre Medio Oriente, determinando las fronteras nacionales y los sistemas de gobernanza, muchas veces sin considerar las realidades socioculturales locales. Estas intervenciones han influido en el destino de comunidades enteras, como el pueblo kurdo.

Entre la diversidad étnica de Medio Oriente se encuentra el pueblo kurdo, uno de los grupos más grandes del mundo sin un Estado propio. Según estimaciones, la población kurda asciende a entre 30 y 40 millones de personas (CNN 2015, en Duman, 20), distribuidas principalmente entre Turquía, Siria, Irak e Irán. Esta situación se originó tras la Primera Guerra Mundial, cuando las potencias imperialistas trazaron nuevas fronteras sin considerar las aspiraciones del pueblo kurdo, condenando a la marginación y la opresión en los Estados en los que quedó disperso.

En este trabajo, se analizará el contexto histórico y actual del pueblo kurdo, con un enfoque en su lucha por la autonomía dentro de las fronteras impuestas tras la Primera Guerra Mundial. Este análisis permitirá comprender las dinámicas políticas y sociales que han influido en su situación actual.

El caso de Rojava, en el noreste de Siria, representa una de las alternativas más interesantes al modelo hegemónico de gobernanza. Este experimento político propone un sistema basado en el confederalismo democrático, que desafía las estructuras centralizadas predominantes. Su análisis es crucial para comprender cómo los pueblos marginados pueden construir modelos autónomos en realidades complejas.

Antecedentes históricos

Kurdistán nunca se concibió como un Estado-nación independiente, pero era reconocido como una región Autónoma del Imperio Otomano; como se expuso con anterioridad, tras el fin de la Primera Guerra Mundial y la desintegración del Imperio Otomano conduce a la repartición de la región kurda. Primeramente con el Tratado de Sèvres (1920) se prometió la creación de un Kurdistán autónomo. Sin embargo, esta promesa fue revocada con el Tratado de Lausana (1923), que consolidó las fronteras modernas de Turquía y dejó a los kurdos divididos entre varios estados-nación sin reconocimiento de sus derechos colectivos. La región kurda fue aislada entre las zonas del este y sureste de Turquía, el este de Irán, el norte de Irak y el norte de Siria.

Tras este acontecimiento el pueblo kurdos encaró un clima represivo, el olvido y la marginación en los estados impuestos que habitaban.  En Siria, los kurdos representan entre el 8 a 10% de toda la población, lo que equivale a dos millones de personas (CNN,2024).  

El panorama sirio en torno a los kurdos es difícil de comprender, puesto que el régimen totalitario de Hafiz al Assad no logró gestionar la diversidad ni satisfacer el pluralismo social que comprende las bases para los futuros conflictos étnicos. Como lo explica Yasin Duman (2015), en 1927 surge el primer movimiento nacional Kurdo llamado Xobún, establecido en las regiones de Qamişlo (Rojava) y Sofer (Líbano); para 1957 se funda el Partido Democrático del Kurdistán en Siria (PDKS) y en 1961 el régimen nacionalista de Hafiz lo declara ilegal, prohibiendo el pleno desarrollo de las actividades y reprimiendo toda actividad vinculada con el pueblo kurdo. 

Los Kurdos se han enfrentado a diversas masacres y movimientos represivos en los cuatro entes estatales de los que forman parte, enfocando esto en Siria, el gobierno los clasificó en 3 categorías, ciudadanos con derechos, extranjeros y población no registrada, en 1962 se realizó un censo que buscaba excluir a los kurdos respaldándose en segmentarlos como inmigrantes turcos, lo cual facilito la discriminación administrativa hacia ellos, pues aquellos clasificados como extranjeros  o no registrados, se les arrebataban su derecho a la educación, propiedad privada, salud y empleo público. 

Dando seguimiento a estas acciones, el gobierno sirio impulsó el proyecto del Cinturón Árabe, el cual fue creado con el objetivo de desplazar a los kurdos de la región de Rojava, específicamente las tierras fértiles en la zona de Jazeera, esto impulsado para forzar la migración kurda hacia Turquía , Irak, u otras metrópolis siria, de esta forma el territorio quedó en control árabe; en este sentido se crea una fragmentación de la comunidad kurda era uno de los principales objetivos, pues de esta forma se debilitaron sus lazo sociales, culturales y nacionales, evitando la conformación de movimientos nacionalistas kurdos. 

Los kurdos en la Guerra Civil Siria  

Para el 2011 con el panorama nacional, los kurdos empezaron a apoyar los movimientos en contra del régimen en algunas ciudades, para este momento no contaban con unidades armadas de gran peso, pero en un principio, como explica Duman (2015), se establecieron reuniones con el Consejo Nacional Kurdo (SCN) para unirse al movimiento de oposición, sin embargo, el consejo nunca respondió ante las peticiones del reconocimiento de una identidad nacional kurda y una región federal descentralizada, por lo que desistieron a esta alianza. El Partido de la Unión Democrática (PYD), comenzó el movimiento de la Tercera Ola, el cuál rechazaba al régimen de Assad y al SCN, por el rechazo a las minorías del país.  

En este mismo año se crean las Unidades de Defensa Popular (YPG) y las Unidades de Defensa de las Mujeres (YPJ), las cuales buscan proteger a los civiles y establecer un nuevo sistema político y social en Rojava. Estas unidades no eran exclusivamente kurdas, sino que reclutaron a miembros de otros grupos étnicos. 

Durante este periodo las fuerzas del régimen se debilitan en la zona, pues se reubican en las grandes ciudades sirias para contener el levantamiento social que culminaría en una guerra civil, que se mantiene vigente en la actualidad. En enero de 2014, los kurdos declararon la Autonomía Democrática y la establecieron en tres cantones: Efrîn, Kobanî y Cezîre; en Julio de 2019, las unidades de defensa lograron expulsar las tropas del régimen de Bashar al Assad, estableciendo control sobre estas áreas sin enfrentamientos serios con el régimen (Burç, 2020)

Autonomía Democrática de Rojava 

Rojava, un territorio equivalente al de Suiza, situado al noreste de Siria, se ha constituido como un territorio de autogobierno kurdo y un ejemplo vivo de una nueva gestión social que traspasa los marcos estatales de una concepción social. 

Geo-Ref. (n.d.). Kurdistán sirio: Rojava (Región Autónoma del Norte de Siria). Recuperado de http://www.geo-ref.net/sp/xks.htm

Confederalismo democrático

En 1978 se fundó el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) tras la horda de procesos represivos contra los kurdos. El partido es liderado por Abdullah Öcalan, quien se convirtió en una figura fundamental en el proceso de liberación kurda, actualmente es un preso político en Turquía desde hace más de 20 años. 

Öcalan comienza a escribir algunas obras en prisión, estas de carácter anárquico e influenciadas por el autor estadounidense Murray Bookchin -autor que habla sobre ecología social y enfoque ha influenciado distintos movimientos sociales alrededor del mundo-. Es en este desarrollo de conocimiento desde el exilio forzado, donde Abdullah Öcalan, propone la idea del confederalismo democrático como una forma de autogobierno que se desarrolla fuera de la idea de un estado. 

El confederalismo democrático es una organización no estatal de una nación democrática. El confederalismo democrático es una organización de la minoría; organización cultural, organización religiosa, incluso organización de género, etc. Yo llamo a esto organización de nación y cultura. Cada aldea puede tener una comuna. La unificación de todas las organizaciones culturales significa confederación. Esto debe presentarse como una línea [política y organizativa]. Yo llamo a esto confederalismo democrático no estatal. (Öcalan, 2008)

El autor explica las diferencias entre el establecimiento de un estado y el de una democracia, expone que los Estados están fundados en el poder, las democracias están basadas en el consenso colectivo. Por otro lado, el mandato en el Estado está determinado por decreto, aunque puede en parte ser legitimado a través de elecciones, mientras que las democracias usan elecciones directas. Por último, punto a resaltar que el Estado usa la coerción como medio legítimo y las democracias se apoyan sobre la participación voluntaria (Öcalan, 2012)

El confederalismo democrático se cimenta en tres pilares principales, democracia directa (constituida por un municipalismo, sistema de comunas, que mantiene una línea de abajo hacia arriba), ecología (centrada en la relación profunda con la tierra, es la herencia de los antepasados y es para la descendencia futura), y la liberación de la mujer (se concibe que solo a través de esta comenzará una revolución socialista). Enfatiza en un comunismo basado en dinámicas locales sociales, culturales, políticas y económicas no estatales, aunque algunos autores critican la Administración Autónoma Democrática (AAD) por tener algunas características similares a un estado. 

Organización política y social

Bajo  los preceptos expuestos con anterioridad, la organización política en Rojava enfatiza en la autoadministración local, buscando el reemplazo de las estructuras estatales centralizadas, a través del establecimiento de comunas y asambleas. Estas funcionan como espacios de democracia directa donde los ciudadanos participan en la toma de decisiones.

Las comunas son unidades que operan a nivel local y funcionan como una pequeña sociedad democrática. Manteniéndose principios que suprimen la propiedad privada, fomentan la solidaridad y satisface necesidades mediante cooperación entre los miembros. Las comunas cuentan con comités de educación, defensa, juventud, mujeres, paz y finanzas, que gestionan la convivencia y vida en las localidades. Es importante resaltar que en la región no solo radican kurdos, sino que algunas comunas incluyen a personas de diferentes etnias y culturas –una de las principales ideas es construir una sociedad que integre y respete la diversidad étnica–.

También existe el TEV-DEM (Movimiento de la Sociedad Democrática), que capacita a los ciudadanos mediante talleres y debates públicos, a manera de fomentar y socializar la organización a nivel de barrios y aldeas. Este facilita y promueve la creación de comunas como base para construir una sociedad autónoma prolífica. 

Las asambleas populares y municipios, se encargan de resolver problemas de infraestructura, administración y reconstrucción en coordinación con las comunas. La representación femenina es significativa, con mujeres ocupando puestos de co-alcaldía.

Milicia y protección del pueblo

En temas militares y de seguridad, se apela a la autodefensa de las democracias, comprender la autodefensa dentro del confederalismo democrático, se centra en la respuesta hacia la militarización monopólica de los estados nación que buscan ejercer su poder coercitivo sobre los demás actores sociales (Öcalan, 2012) 

Anteriormente ya se habló de las unidades de defensa populares, YPG Y YPJ; estos conforman los cuerpos militares de autodefensa regional, sin embargo, a nivel local existen las HPC, que son fuerzas organizadas en los barrios; han responsables del mayor número de desmantelamientos de células durmientes del Estado Islámico.  Están conformadas por personas que viven en los barrios y están encargados de mantener la seguridad en el panorama local, son mixtos, y proveen de defensa a las comunidades ante ataques inesperados, mientras las Unidades de defensa llegan a las localidades atacadas. 

Educación

La creación de academias estructura la educación, dentro del confederalismo democrático, es fascinante, están diseñadas para promover la transformación social; educan en temas como democracia, economía ecológica y liberación de género y están basadas en el principio de devolver el conocimiento a la sociedad y se aleja de la estructura jerárquica de los sistemas estatales tradicionales (Duman, 2015).

Entre las academias que destacan está la Academia de Ciencias Sociales de Mesopotamia, que centra sus esfuerzos en sociología e historia, promoviendo un análisis crítico de las estructuras sociales y la Academia de Mujeres (Navenda Perwerdehî û Zanista Jinê) que se especializa en jineología, aborda la historia de las mujeres, estructuras familiares y derechos de género. Las academias no solo transmiten conocimientos; también fomentan un cambio de mentalidad colectiva hacia una sociedad más democrática, ecológica y libre de discriminaciones. 

Género

Desarraigarse del sistema e ideología patriarcal se torna en un pilar fundamental para el pleno desarrollo del confederalismo democrático; Abdulla Öcalan comprende que, para desprenderse del sistema y estructura capitalista es necesario comenzar con el patriarcado. 

Las mujeres forman parte fundamental en la Autonomía Democrática, en los cuerpos comunales deben dirigirse por un hombre y una mujer; las unidades de defensa de mujeres (YPJ) son indispensables en la lucha y permanencia de Rojava. 

A nivel local existen las Casas de Mujeres (Mala Jin), estas se ocupan de la resolución justa de conflictos en materia de género dentro las comunas, son la primera instancia en la resolución de los problemas locales, aplican un sistema de justicia restaurativa que más allá de ser punitiva, a través de la mediación brinda diversas soluciones a las partes involucradas para llegar a un consenso mutuo. Están formadas por mujeres mayores, y han representado tal eficacia que ahora ya no solo resuelven problemáticas de género, sino que la sociedad en general llega a las casas en búsqueda de un apoyo en los conflictos que presentan. 

Dentro del sector académico, se incursiona con la jineología, la cuál es definida por Öcalan como una combinación entre la liberación femenina y las ciencias sociales. Dentro de esta se examina la relación histórica de las mujeres con la naturaleza, la sociedad y la filosofía; busca desafiar los marcos patriarcales que han excluido a las mujeres de las ciencias y la educación. La jieneología es el resultado de la resistencia histórica de las mujeres kurdas.

Las Mala Jin, son guiadas y están a cargo de Yekita Star, una organización que agrupa a las organizaciones de mujeres en la región de Rojava,  fomenta el desarrollo de lajineología, trascendiendo la generación de conocimiento y desprendiendo este del sesgo occidental y la ideología patriarcal. Así mismo, Duman (2015) explica que la organización asegura la presencia de mujeres en los procesos de toma de decisiones, con cuotas que garantizan al menos el 40% de representación femenina en las estructuras políticas. Es indispensable en la búsqueda por garantizar que las mujeres no solo estén protegidas, sino que también lideren los cambios sociales y políticos en una región históricamente marcada por el patriarcado y los conflictos.

Históricamente el papel que las mujeres desempeñaban, era de ser aquellos canales de transmisión de la cultura kurda y la lengua, ahora persisten como canales, pero también como aquellas generadoras de conocimiento, independientes y como una parte esencial de la estructura social kurda. 

De manera general y un tanto ambigua, ésta es la forma en la que se construye la dinámica política-social dentro de la Autonomía Democrática de Rojava, es esperanzador comprender sistemas alternos que engloban de manera holística los elementos societales y los procesos propios del desarrollo social.

Conflictos y retos

Una de las principales amenazas para Rojava es Turquía, que, en su afán de consolidar una nación basada en una sola identidad y cultura, ha establecido un clima de violencia y hostilidad hacia la población de esta región. En 2019, Turquía llevó a cabo la operación Fuente de Paz, una ofensiva militar que buscaba establecer un corredor de seguridad mediante el desplazamiento de las Unidades de Protección Popular (YPG) a 30 kilómetros al sur de la frontera turca. Turquía acusa a las YPG de terrorismo, aunque estas han sido reconocidas internacionalmente por su papel clave en la lucha contra el Estado Islámico (Daesh). Aunque Turquía afirma que no pretende tomar control de Rojava, sus acciones han demostrado lo contrario, al intentar ocupar ciudades estratégicas para la revolución kurda, incluyendo áreas donde descansan combatientes caídos en la lucha contra el Daesh. En 2018, la ocupación de Afrin, una de las capitales de Rojava, representó un golpe significativo para el proyecto de autonomía democrática kurda.

Uno de los retos persistentes en la región, exacerbado por los ataques turcos, es el desplazamiento constante de las comunidades. La violencia y los bombardeos frecuentes obligan a las personas a movilizarse continuamente, afectando su estabilidad y normalizando un estilo de vida marcado por la incertidumbre y el movimiento perpetuo.

Además de las acciones militares, Turquía ha empleado estrategias como la construcción de presas que restringen el acceso al agua en las ciudades kurdas. Esta medida ha deteriorado la calidad de vida de las comunidades afectadas y ha dificultado el desarrollo pleno de actividades agrícolas, fundamentales para la subsistencia de la región. Estas prácticas no solo constituyen una violación de derechos humanos, sino que también impactan gravemente la sostenibilidad de la autonomía democrática de Rojava.

Críticas al modelo

El principal objeto de crítica es la alianza de Rojava con Estados Unidos; resulta contradictorio que la potencia que encara al antónimo más grande del confederalismo democrático, sea uno de los principales actores que apoya la milicia y defensa de la región, sin este  no hubieran recuperado gran parte de su territorio, aunque la cooperación entre los actores converge en la lucha contra el Estado Islámico, si es curioso pensar que uno de los Estados más coercitivos y que encarna toda la crítica que Öcalan enfatiza, sea uno de sus principales aliados a nivel internacional.

Rojava es un enclave que busca la reinvención y reestructuración de la figura del estado occidental; Galván Álvarez (2020), remarca su crítica hacia el proyecto autónomo sobre la cooperación con Estados Unidos, y la réplica de dinámicas punitivas y radicales ante las oposiciones, señala diversas violaciones de derechos humanos dentro de la administración. También expresa que la razón detrás del gran apoyo de la izquierda occidental con el confederalismo democrático como el faro a una nueva posibilidad en la organización social, se atañe al proyecto propagandístico del PYD, descartando que el contrato social aplicado en Rojava, no es de facto, si no que se establece meramente en la teoría. 

Por otro lado, considero relevante señalar la necesidad de identificar los marcos que tomamos como referencia para comprender nuevas posibilidades, no son verdad absoluta ni cúspide de lo que debe ser la realidad. Por ejemplos, si posicionamos a los sistemas democráticos occidentales como aquellos modelos ideales, habría una tendencia a invalidar cualquier otra forma de gobierno o administración social que salga de los parámetros modelos.  En el mismo nivel de relevancia, indagar antes de emitir algún juicio es indiscutible, como ya se especificó con anterioridad Turquía ha emprendido una socialización de narrativas que acusan de terrorismo a los Kurdos sirios para justificar sus ataques en la zona de Rojava, consolidar la rendición del pueblo kurdo, y lograr posicionarse como hegemonías dentro de la región como un Estado nación único. 

Reflexiones finales

Rojava representa una nueva posibilidad en un mundo dominado por un capitalismo agresivo y una búsqueda insaciable de poder por parte de los actores más relevantes del sistema internacional. En los espacios donde el poder no fija su interés, es posible encontrar la gestación de nuevas formas de sociedad o, al menos, la tranquilidad de estar al margen de un sistema que genera presión, miedo y una existencia subordinada a objetivos efímeros de riqueza y control.

La guerra, en cualquier contexto, es una tragedia inmensa. Las millones de vidas perdidas y aquellas que aún se perderán en conflictos motivados por la lucha banal por el poder destruyen no solo recursos y culturas, sino también el tejido humano de las sociedades. Estas dinámicas apuntan hacia la homogenización del mundo en un monstruo consumista que perpetúa un sistema insaciable, erosionando cualquier sentido de identidad y diversidad cultural.

Es fundamental destacar la relevancia de todas aquellas personas que han perdido la vida luchando por alcanzar una existencia libre y pacífica. Es imperativo trascender la frialdad de las cifras, que inevitablemente seguirán incrementándose en el transcurso de la historia, para reconocer que estas vidas no se limitan a la figura de militantes. Se trataba de madres, padres, hijos, hijas, hermanos, hermanas y amigos, quienes formaron parte de familias que ahora enfrentan un vacío irreparable. Estos hogares, devastados por ataques constantes, han sido testigos del sufrimiento y la muerte de sus integrantes, dejando una marca imborrable en sus historias colectivas.

En este contexto, la lucha del pueblo kurdo simboliza la resistencia y la esperanza de vivir en libertad, sin temor ni persecución. La experiencia de la región autónoma de Rojava ejemplifica que es posible construir una alternativa basada en valores de autonomía, igualdad y convivencia pacífica, incluso en circunstancias adversas.

Rojava se presenta como un espacio de resistencia y esperanza. Este territorio encarna la posibilidad de una alternativa donde la diversidad étnica puede coexistir, donde las bases del patriarcado son desafiadas y donde la eliminación de la propiedad privada como eje central permite construir relaciones más equitativas y colaborativas en la sociedad. Rojava demuestra que otro modelo es viable, uno que prioriza la justicia, la libertad y la diversidad sobre la dominación y el consumo.

Bibliografía

Burç, R. (2020). On Kurdish Quest for Autonomy: Rojava’s Political System and the Structures of Self-administration in North and East Syria. En T. Schmidinger (Ed.), The autonomous administration of North and East Syria: Between the rock and a hard place (cap. 5). Transnational Press London.

Duman, Y. (2015). Peace and conflict resolution in the midst of a war: Opportunities and challenges in Rojava Democratic Autonomy (Tesis de maestría). Sabancı University, Faculty of Arts and Social Sciences.

Galván-Álvarez, E. (2020). Rojava: A state subverted or reinvented? Postcolonial Studies. https://doi.org/10.1080/13688790.2020.1751910

Öcalan, A. (2012). Confederalismo democrático.

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