Del 7 al 8 de mayo, ministros y líderes climáticos de todo el mundo se reunieron en Dinamarca para participar en la Conferencia Ministerial sobre el Clima de Copenhague 2025. El evento, centrado en el impulso de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), sirvió como espacio para evaluar el progreso hacia los objetivos del Acuerdo de París y preparar el camino rumbo a la COP30.
Durante el encuentro, la ministra de Medio Ambiente de Egipto, Yasmine Fouad, hizo un enérgico llamado a la comunidad internacional para ampliar el apoyo técnico y financiero a los países en desarrollo. En el marco del diálogo ministerial de alto nivel “Hoja de Ruta de la Misión 1.5”, Fouad subrayó que, sin una movilización efectiva de recursos, muchas naciones del Sur Global no podrán cumplir sus compromisos climáticos.
Fouad destacó que la iniciativa Misión 1.5, liderada por las presidencias de las COP28 (Emiratos Árabes Unidos), COP29 (Azerbaiyán) y COP30 (Brasil), busca mantener el límite de calentamiento global por debajo de 1.5°C mediante una nueva ronda de NDCs mejoradas. Advirtió que Egipto, por ejemplo, necesitará más de 240 mil millones de dólares en financiamiento condicional para cumplir con sus metas de mitigación y adaptación. También anunció que su país trabaja en una segunda generación de NDCs centradas en sectores clave como la energía limpia, la captura de carbono y la resiliencia hídrica y costera.
Por su parte, México tuvo una participación encabezada por la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena Ibarra. La funcionaria moderó el Panel Ministerial sobre la Transición Justa, en el que se discutieron políticas de descarbonización económica y adaptación ante los efectos adversos del cambio climático.
Bárcena también participó en la sesión de implementación del Balance Global, donde se enfatizó la necesidad urgente de acelerar la transición hacia sistemas de cero emisiones netas, aprovechando soluciones basadas en la naturaleza. En paralelo, sostuvo reuniones bilaterales con autoridades de Dinamarca, la Unión Europea y Brasil, enfocadas en cooperación energética, modelación de escenarios de descarbonización y fortalecimiento de alianzas internacionales.
Durante la apertura de la conferencia, el presidente de la COP29, Mukhtar Babayev, destacó la importancia de los planes climáticos nacionales como hoja de ruta para la acción climática de la próxima década. Asimismo, subrayó el papel crucial de las inversiones acordadas en la pasada cumbre climática en Bakú, Azerbaiyán, esto teniendo en mente la meta de 300 mil millones que la Nueva Meta Colectiva Cuantificada (NCQG por sus siglas en inglés) establecen.
La Conferencia de Copenhague reafirmó la urgencia de traducir los compromisos climáticos en acciones concretas y con financiamiento suficiente, especialmente para los países en desarrollo. Tanto Egipto como México coincidieron en que el éxito de la COP30 dependerá de una cooperación más robusta, voluntad política y mecanismos financieros efectivos que garanticen una transición justa y equitativa.
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