
Perspectiva desde el suelo de un bosque caducifolio, donde la densidad del follaje regula el clima, almacena carbono y sustenta la biodiversidad. Fotografía: Pexels
Cada 21 de marzo se celebra el Día Internacional de los Bosques, una fecha que invita a reflexionar sobre el papel fundamental que desempeñan estos ecosistemas en el equilibrio del planeta. Sin embargo, más allá de las conmemoraciones simbólicas, los bosques enfrentan amenazas persistentes: la deforestación, el cambio climático, la expansión urbana y la mercantilización de la naturaleza. Esta investigación recupera su valor ecológico, social y cultural, exponiendo cómo los bosques no solo son sumideros de carbono, sino también espacios de vida, memoria y resistencia. A través de datos actualizados, documentos internacionales y marcos históricos, se plantea una lectura crítica del deterioro forestal como síntoma de un modelo extractivista que sigue privilegiando el crecimiento económico sobre la sostenibilidad ambiental. Proteger los bosques es, más que una tarea ambiental, un acto político y ético hacia las generaciones futuras y los pueblos que aún conviven con ellos.