
El 20 de mayo los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea se reunieron en Bruselas. Una vez que terminó, la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, anunció la revisión del Acuerdo de Asociación UE-Israel del 2000, un tratado de libre comercio y relaciones políticas.
La acción está fundamentada en el artículo 2 del acuerdo, el cual condiciona la cooperación al respeto de los derechos humanos, siendo cuestionado ante la ofensiva militar de Israel por desocupar la Franja de Gaza y el control sobre la ayuda humanitaria por más de tres meses. La decisión fue impulsada por 17 de los 27 países miembros del bloque europeo, entre estos se encuentran Países Bajos, Luxemburgo, España, Irlanda, Bélgica, Francia, Portugal, Finlandia y Eslovenia. Además, los líderes de Gran Bretaña, Francia y Canadá realizaron un comunicado donde se amenaza con acciones concretas contra Israel ante la intensificación de los bombardeos a Palestina, describiendo el bloqueo como “inaceptable” y destacando que el nivel de sufrimiento humano es “intolerable”.
Este es uno de los primeros cambios firmes que ha hecho la Unión Europea por atender la situación de Gaza, más allá de Hamás-Israel, por las afectaciones altamente desproporcionadas que realiza Israel sin consecuencia alguna. También es un paso importante dentro de la narrativa tradicional europea ya que, por un largo tiempo, se apoyó al “único país occidental” en Medio Oriente y abogando por la “legítima defensa” con armamento y financiamiento por países como Francia, Alemania y Austria; incluida Gran Bretaña aunque no sea parte de la Unión Europea. Se estima que los gobiernos de los países mencionados han enfrentado grandes presiones sociales y públicas que no contemplaron cuando inició el conflicto el 7 de octubre de 2023.
Ante las declaraciones de la Unión Europea, el Ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Oren Marmorstein respondió en la red social X sobre el total rechazo de las suposiciones europeas, dando soporte a la narrativa de Israel sobre su defensa ante Hamás.
Como se mencionó anteriormente, la postura de la Unión Europea no es aislada ya que desde el 5 de mayo, el Gabinete de seguridad de Israel aprobó un nuevo plan militar para “ocupar y retener” los territorios de Gaza, así como un bloqueo estricto de la ayuda humanitaria que necesita la población ante la hambruna aguda que se está sufriendo. A partir de dicha fecha, han aumentado los bombardeos al sur de la Franja de Gaza, así como la violencia contra población palestina en Cisjordania. Desde el fin del cese al fuego, el 18 de marzo, las Fuerzas Armadas de Israel han matado a más de 3,427 personas e hiriendo a 9,647 más; mismos números que se encuentran en aumento. Actualmente, se están atacando a los hospitales que aún funcionan, pero las condiciones de acceso a la salud han sido lamentables, provocando desnutrición, abortos espontáneos, enfermedades renales y deterioro de la salud por falta de medicamento.
También, el Ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, David Lammy, anunció la suspensión de negociaciones sobre el libre comercio con un gobierno israelí de “políticas atroces”. Igualmente mencionó la implicación de sanciones hacia tres individuos, dos asentamientos ilegales de colonos israelíes y a dos organizaciones que apoyan la violencia contra la comunidad palestina, especialmente, en Cisjordania. En su discurso en la Cámara de los Comunes del Parlamento británico destacó:
“La historia los juzgará (Israel) […] Bloquear ayuda, expandir la guerra, ignorar las preocupaciones de aliados y socios. Esto es indefendible y debe de parar”
Inclusive, la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas calificó, oficialmente, una limpieza étnica por parte de Israel a palestinos en la Franja de Gaza.
El Embajador de Palestina en Reino Unido, Husam Zomlot, señaló que se trata de un buen inicio, pero no solo deben ser amenazas, sino acciones concretas y contra individuos específicos. Por medio de una entrevista con Al Jazeera, compartió el siguiente mensaje respecto a la nueva postura occidental:
“Para las personas en Gaza, es 19 meses tarde; y para nuestra población en Cisjordania, es casi 60 años tarde”
Estos cambios, no solo demuestran la importancia que tiene la opinión pública en las relaciones internacionales, si no un parteaguas para el conflicto en Gaza y Cisjordania. Lugares donde millones de personas continúan esperando por tener acceso a recursos básicos y sobrevivir. Por lo que se puede observar, occidente se encuentra en constante cambio y en las próximas semanas, el mundo sabrá si las intenciones de sancionar y presionar a Israel serán más allá de palabras.