
La ceremonia que buscaba celebrar el talento y compromiso de las juventudes capitalinas, se convirtió en un espacio de reconocimiento, pero también de confrontación y denuncia. Este galardón, considerado uno de los más importantes en materia de derechos juveniles en la capital, distingue cada año a jóvenes de entre 12 y 29 años que han contribuido de manera destacada al desarrollo de sus comunidades.
En esta edición, 17 jóvenes fueron premiados en áreas como innovación, arte, cultura, academia y derechos humanos. Entre ellos destacó, Ana Karen Sotero Salazar, de 23 años, no solo por su trayectoria, sino por un discurso que sacudió la sesión extraordinaria del Congreso de la Ciudad de México.
Originaria de San Isidro del Cobradero Labrador, en la alcaldía Miguel Hidalgo, licenciada en Economía por la Universidad Autónoma de México (UNAM) y licenciada en Gestión Territorial, Ciencias Sociales y Administrativas por la Universidad Abierta y a Distancia de México; Sotero Salazar fue reconocida por su labor comunitaria, defensa de los derechos juveniles y acciones contra la violencia estructural. Su trabajo ha incluido acompañamiento a víctimas, organización de redes de apoyo y promoción de espacios seguros para jóvenes en zonas de alto riesgo.
Sin embargo, el momento que marcó la jornada no fue únicamente su premiación, sino la denuncia directa a la falta de atención y compromiso de los legisladores hacia la juventud. Desde la tribuna, reclamó que varios diputados permanecieran distraídos en conversaciones privadas mientras los premiados intervenían:
“Me parece una falta de respeto que estando aquí, incluso recibiendo el premio, no nos hagan caso, estén en sus propias conversaciones. ¿Qué clase de actitud es ésta? ¡Es injusto! ¡Es una burla!.. Ahí nos demuestran el interés que se supone que tienen hacia nosotras… no lo tienen, es un proceso meritocrático para ustedes…Si realmente nos quieren apoyar, pongan su parte para ponernos atención, para guardar silencio y permitir que nuestras voces se escuchen”, reclamó.
Ana Karen dejó claro que su crítica no iba dirigida a una bancada específica, sino a “todos” los actores políticos que han fallado en dar voz real a la juventud. “Somos el futuro, pero ¿qué pasa con el presente?”, cuestionó. En su intervención, también abordó temas como la falta de seguridad laboral, los sistemas de salud inaccesibles y las barreras educativas que impiden que más jóvenes destaquen.
Lo más duro, fue la denuncia del avance del crimen organizado y su reclutamiento forzado de jóvenes, algo que ella ha visto de cerca en su comunidad, el Barrio del Cobradero: “Resido en la Ciudad de México, soy parte de una comunidad que el crimen organizado desapareció y nadie nunca puso atención”. Denunció que no se están tomando medidas drásticas para frenar esta problemática y pidió no silenciar las voces críticas que exigen cambios urgentes y critican al sistema.
Las reacciones en el Congreso reflejaron distintas perspectivas. La diputada Erika Lizeth Rosales Medina destacó que la juventud es una fuerza transformadora que debe alzar la voz ante las injusticias, mientras que Pablo Trejo Pérez advirtió sobre los miles de jóvenes que enfrentan desigualdad y exclusión social. Diana Barragán Sánchez enfatizó que ninguna sociedad puede llamarse justa mientras existan talentos invisibilizados, y Frida Jimena Guillén Ortiz llamó a abordar la agenda juvenil sin prejuicios ni discursos de odio.
La directora del Instituto de la Juventud capitalino, Marcela Fuentes Castillo, subrayó que este premio reconoce la capacidad de las juventudes para convertir retos estructurales en logros colectivos y hazañas individuales. Sin embargo, Ana Karen Sotero Salazar dejó en claro mediante su discurso que para muchos jóvenes, el reconocimiento simbólico es insuficiente si no se traduce en acciones concretas que cambien su realidad.
“Juventud de México, hoy y siempre seremos revolucionarios”.
Consulta el discurso completo aquí:
La indignación, coraje y desesperación de Karen al hablar, representa a todos los mexicanos cansados de politiquillos de 4ta que simulan interesarse por el país y solo buscan beneficios personales.