
Este jueves 17 de octubre, Israel confirmó la muerte de Yahya Sinwar, líder de Hamás, durante un operativo en la ciudad de Rafah, al sur de la Franja de Gaza; la organización paramilitar también afirmó su fallecimiento un día después. Sinwar fue elegido como cabecilla de la organización política y paramilitar palestina posterior a la muerte de Ismail Haniyeh el 31 de julio del presente año en Teherán. También fue categorizado por el Gobierno de Israel y sus aliados como uno de los autores intelectuales del ataque a Israel del 7 de octubre de 2023, misma fecha desde la que desapareció del espacio público.
Los gobiernos occidentales aseguran que la muerte de Sinwar representa una oportunidad para que la guerra llegue a su fin. Por una parte, Joe Biden, presidente de Estados Unidos, sostuvo que se realizó justicia por los inocentes y que los hechos otorgan un “día más” para Gaza sin Hamás al mando. Además, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la ministra de relaciones exteriores de Alemania, Annalena Baerboc, instaron la liberación de los rehenes capturados por Hamás hace un año. A pesar de que Benjamin Netanyahu tomó la muerte de Sinwar como una victoria, prometió seguir con la guerra en la Franja de Gaza y al sur de Líbano mientras no recuperen a los 70 israelíes que se encuentran cautivos.
Por otra parte, Hamás respondió que no habrá liberación de rehenes mientras continúen los ataques a la Franja de Gaza y las tropas israelíes entren en el territorio bombardeado. Asimismo, el grupo Hezbolá señaló que, posterior a la muerte de Sinwar, avanzaría a una nueva etapa de escalada en la guerra contra Israel. Mientras que el Gobierno de Irán, aseguró que los acontecimientos sólo “fortalecerán” a la resistencia.
Tras la muerte de Sinwar, Gaza sigue recibiendo ataques de Israel; el día 18 de octubre 33 personas murieron en un bombardeo a un campamento de refugiados en la ciudad de Jabalia. Mismas que se suman a los 42,500 palestinos fallecidos y 99,546 heridos desde el 7 de octubre del año pasado, sin embargo, las fuerzas armadas de Israel señalaron que todas las víctimas mortales eran parte de Hamás. Aun así, se ha demostrado que la mayoría de personas eran mujeres y niños. Igualmente, las Naciones Unidas reportaron la creciente hambruna que enfrenta un 91% de la población gazatí debido a las suspensiones de las importaciones comerciales alimentarias que impuso Israel, lo cual imposibilita la llegada de ayuda humanitaria.
Mientras la violencia en la Franja de Gaza continúa después de la muerte de Sinwar, la población civil sigue siendo la más afectada. Con las limitaciones por los recursos básicos de supervivencia, la comunidad internacional enfrenta un desafío cada vez más urgente para intervenir y mitigar el sufrimiento de millones de personas. Mientras tanto, el futuro del conflicto permanece incierto, y los llamamientos de cese al fuego parecen perder fuerza frente a la escalada militar.