
Durante las últimas semanas, se han reportado múltiples denuncias por “pinchazos” o “piquetes” con jeringas a usuarios del transporte público en la Ciudad de México, generando preocupación social y activando una respuesta institucional aún insuficiente. Según datos oficiales de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), hasta el momento se han registrado 41 denuncias por ataques en los que una persona refiere haber recibido un pinchazo inesperado. De estos, 33 ocurrieron en el Metro, 4 en el Metrobús, 1 en el Pumabús y 3 en la vía pública.
Las víctimas reportan síntomas como mareos, náuseas y somnolencia, asociados al posible uso de sustancias químicas. La fiscal Bertha Alcalde declaró que
“Únicamente en cuatro casos se ha detectado la presencia de alguna sustancia en el organismo de la persona afectada. Estas sustancias corresponden a diferentes estupefacientes y están siendo analizadas”.
Sin embargo, los testimonios muestran otra cara. Una de las víctimas relató:
“Sentí que alguien se me pegó mucho, pero no le tomé importancia. Me bajé cuando las puertas estaban por cerrarse. Cuando caminaba por el transbordo a la Línea 12, sentí calor en la espalda y un ardor. Me toqué y tenía sangre. En ese momento sí me asusté, pero seguí caminando porque en la Línea 12 no hay señal para hacer llamadas. Cuando salí, ya no sentía bien las piernas y sudaba mucho”.
La ONG No Es Una Somos Todas, A.C., alertó sobre el modus operandi: se inyecta un sedante a la víctima para dejarla indefensa y posteriormente una mujer se acerca fingiendo preocupación, para ofrecer ayuda. “Oye, te ves muy mal, ¿no te quieres sentar” o “se ve que te sientes mal, ¿quieres que te ayude?” A partir de ahí, no se les despega.
En el ámbito institucional, la respuesta médica ha sido cuestionada. Una víctima denunció:
“Se tardaron una hora y media en atenderme (en el IMSS). Cuando por fin pasé, ya tenía la temperatura muy baja. Solo me inyectaron algo para estabilizarme y me dijeron que necesitaba descansar. No me hicieron un chequeo como tal. Les conté lo que me había pasado y solo me respondieron que me veían bien, que seguramente era un piquete sin nada o que ya lo había vomitado todo”.
Un examen toxicológico practicado a una víctima arrojó resultado positivo a un compuesto derivado del cannabis, según informó la misma ONG. A pesar del miedo generalizado, muchas personas, especialmente mujeres, no tienen más opción que seguir utilizando el Metro.
“Sí, tengo miedo de usar el Metro, pero lo necesito para moverme por la ciudad. Tal vez empiece a usar ropa más gruesa o llevar mochilas para evitar ser pinchada”, comentó otra afectada.
Ante la alarma social, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) implementó nuevas medidas de vigilancia.
“Serán grupos móviles que estarán viajando junto con los pasajeros, para detectar situaciones de forma preventiva o dar atención in situ de manera inmediata” explicó Pablo Vázquez Camacho, titular de la SSC.
Además, se desplegaron 5 mil 800 elementos de seguridad en el Metro y personal de salud para atención inmediata.
La FGJCDMX informó sobre la detención de tres sospechosos, de los cuales sólo uno está actualmente vinculado a proceso por robo. En ninguno de los casos se ha podido confirmar intención dolosa en los ataques. Además, uno de los sospechosos quedó libre al no poderse comprobar si había o no pinchado a través de las cámaras de videovigilancia.
Pese a la gravedad del tema, las autoridades indican que:
“Hasta el momento no hay indicios de que sea una banda que esté atacando, queremos ser muy cuidadosos y muy responsables con la investigación que está llevando la Fiscalía”, declaró el secretario de Gobierno de la Ciudad de México César Cravioto.
El patrón de ataques y el relato consistente de múltiples víctimas, en su mayoría mujeres, en horarios de alto flujo (8:30 a 9:30 y 17:00 a 20:00 horas), genera dudas sobre la profundidad de la investigación.
Frente a esta crisis, No Es Una Somos Todas A.C. recomienda:
- Llamar a una persona de confianza y mantener contacto.
- Accionar la palanca de auxilio si estás dentro del vagón.
- Acudir al policía dentro de la estación.
- Presentar denuncia ante la FGJCDMX.
- Realizar examen toxicológico.
- Buscar atención médica inmediata.
- Permanecer en un lugar visible y seguro.

A pesar de que el gobierno capitalino cuenta con líneas de atención para denuncias y orientación, la incertidumbre, la impunidad y la lentitud institucional han convertido al principal medio de transporte en la capital en un espacio de terror.
