
Hace unos días el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco halló en el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, tres hornos crematorios improvisados con miles de restos óseos calcinados, cientos de zapatos, mochilas y otros objetos personales. Este lugar, que presuntamente funcionaba como un centro de reclutamiento y exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), ya había sido inspeccionado por las autoridades en 2024 sin reportes de hallazgos significativos. De manera similar, en Reynosa, Tamaulipas, el colectivo Amor por los Desaparecidos encontró montículos con restos óseos quemados y objetos personales, sumándose a otros 17 sitios clandestinos identificados en la región.
Estos lugares, definidos por los colectivos de búsqueda como “campos de exterminio”, han sido comparados con los centros de aniquilación de la Segunda Guerra Mundial debido a la eliminación sistemática de personas.
A pesar de los escalofriantes descubrimientos, la Fiscalía General de la República (FGR) niega la existencia de estos sitios, argumentando que el exterminio, según el Estatuto de Roma, se refiere a la eliminación sistemática de grupos por motivos raciales, religiosos o étnicos. Esta postura ha sido criticada por familiares de víctimas y expertos, quienes consideran que el concepto debe ampliarse para reflejar la realidad del narcoterrorismo en México.
La Guardia Nacional denomina estos sitios como “campamentos clandestinos” y reportó el hallazgo de 63 de ellos entre 2021 y 2024, principalmente en Jalisco, Zacatecas y Michoacán. Sin embargo, sus reportes son escasos en detalles y rara vez mencionan la localización de restos humanos o la detención de responsables.
El caso del rancho Izaguirre es un claro ejemplo de esta omisión: seis meses después de que las autoridades inspeccionaran el lugar sin hallar evidencia relevante, fueron los colectivos de búsqueda quienes descubrieron e hicieron del conocimiento público los hornos crematorios y las pertenencias de las víctimas.
María Elena Morera, presidenta de la asociación civil Causa en Común, ha denunciado que los criminales han descubierto que la desaparición es el “crimen perfecto” debido a la colusión y la indolencia de las autoridades.
“¿Cómo explicar que en México a partir de 2023 hay más desaparecidos que homicidios dolosos? Todos felices con la tragedia humanitaria: los criminales desaparecen y los políticos presumen menos homicidios, mientras invisibilizan a nuestros desaparecidos. Ambos grupos igual de criminales”, afirmó.
Estos ranchos y campos funcionan como centros de reclutamiento forzado, donde las víctimas son secuestradas y entrenadas como sicarios o trabajadores del crimen organizado. Según la organización Reinserta, entre 30 mil y 40 mil menores de edad son reclutados anualmente por bandas criminales en México.
Los niños y adolescentes son captados a través de manipulación psicológica, ofreciéndoles dinero, drogas o promesas de protección. En muchos casos, la pobreza y la violencia en sus comunidades los llevan a normalizar estas actividades. Además, la impunidad favorece su utilización, ya que la ley limita la pena máxima para menores infractores a cinco años de prisión.
Las redes sociales y plataformas de videojuegos también se han convertido en herramientas de captación. A través de juegos como Call of Duty y Roblox, los cárteles contactan a adolescentes y los convencen de unirse a sus filas. Eso sin contar con la romantización que se hace en plataformas como TikTok y YouTube, de la vida de los sicarios, atrayendo a jóvenes en situación vulnerable.
En este contexto, la presidenta Claudia Sheinbaum, se limitó a decir que:
“Lo de Tamaulipas es un crematorio oficial, bueno por lo menos eso es lo que leí”.
Igualmente, pidió a los medios de comunicación esperar a tener más información y no atacar al expresidente López Obrador ante las críticas por la crisis de desaparecidos. “Ya déjenlo en paz”, dijo sin tomar en cuenta que durante su sexenio AMLO se negó a reunirse con las madres buscadoras, y que desapareció un mexicano, en promedio, cada hora.
En respuesta a esto, diferentes colectivos y organizaciones civiles de todo el país han convocado a la sociedad a reunirse en el zócalos capitalino y otras plazas en señal de luto y rechazo a esta situación.