
En un país donde más del 70% de la música latina está dominada por corridos, muchos de ellos con apología a la violencia, el Gobierno de México ha decidido lanzar una iniciativa sin precedentes: México Canta, un concurso binacional entre México y Estados Unidos, que busca promover canciones que hablen de amor, paz y esperanza, dejando de lado la romantización de la vida y los lujos asociados con el narcotráfico.
“Esta falsa idea de que entrar a un grupo delictivo es una opción de vida; siempre lo he dicho: no es opción de vida, es opción de muerte” aclara la presidenta.
Si bien el concurso no busca prohibir los narcocorridos, sí pretende ofrecer una alternativa: “No están prohibidos. Lo que queremos es promover que la música tenga otros contenidos” afirmó la presidenta Claudia Sheinbaum. Algunos municipios, como en el Estado de México, han optado por las prohibiciones, sin embargo la postura federal apuesta por generar una resistencia cultural frente a los discursos que glorifican la violencia, las drogas o la misoginia.
La iniciativa surge poco después de un hecho que causó profunda indignación. Durante un concierto de la agrupación Los Alegres del Barranco, en Guadalajara, se proyectaron imágenes del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”. Las imágenes glorificaban al capo, lo que provocó una reacción inmediata del gobierno estadounidense: la revocación de las visas de trabajo y turismo de los integrantes del grupo.
Poco tiempo después, en reacción a la propuesta, en la Feria del Caballo en Texcoco, el cantante Luis R. Conriquez fue agredido por asistentes al anunciar que no interpretaría narcocorridos. Entre gritos, objetos y bebidas arrojadas, el artista y su equipo tuvieron que resguardarse en camerinos.
“Me apego a las nuevas normas que el gobierno solicita respecto a la interpretación de corridos” declaró Conriquez a pesar de entender que los corridos son algo que ha caracterizado su estilo musical y con los que se ha ganado el cariño del público.
Por su parte, la secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza advirtió que el crimen organizado ha aprovechado la falta de oportunidades para financiar a músicos jóvenes. “Nadie te contrata si no tienes una producción musical adecuada para despuntar. Este programa busca hacer ese acompañamiento profesional”. Además, con esta iniciativa el gobierno busca atraer parte de la industria musical que actualmente opera en Estados Unidos, donde la música mexicana factura cerca de 2 mil millones de dólares, aunque solo 500 millones se quedan en México.
¿Cómo funcionará el concurso?
- Abierto a jóvenes intérpretes y compositores de entre 18 y 34 años, mexicanos o mexicano-estadounidenses.
- Inscripciones del 28 de abril al 30 de mayo de 2025 a través del portal www.mexicocanta.gob.mx.
- Las canciones deben ser inéditas, con una duración máxima de 3 minutos, y pueden estar en español, lenguas originarias o spanglish.
- Los géneros permitidos incluyen mariachi, banda, norteño, tropical, bolero, corrido, y sus fusiones con pop, rock, rap y hip-hop, entre otros.
- Primera fase (31 de mayo – 4 de julio): selección de 10 participantes por estado en México y 15 por región en EE. UU., para un total de 365 seleccionados.
- Segunda fase (5 de julio – 8 de agosto): selección de ocho finalistas por región (Norte, Centro y Sur de México; Oeste, Centro y Este de EE. UU.).
- Tercera fase (17 de agosto – 21 de septiembre): presentaciones en vivo con transmisiones públicas y evaluación del jurado (70%) y la audiencia (30%).
- Los ganadores regionales obtendrán mentorías profesionales.
- El mejor compositor recibirá un contrato con una compañía nacional o internacional
- El mejor intérprete podrá grabar un álbum;
- El favorito del jurado grabará un EP de seis canciones
Finalmente, Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura de México enfatizó que:
“Si bien el concurso no resolverá esta problemática de tajo, ni se descuidará la atención a las causas que la generan — para eso hay todo un programa nacional de seguridad — nos parecía importante que desde el lado de la cultura se otorguen espacios creativos a los jóvenes mexicanos y mexicano-estadounidenses interesados en la música”
Aun así, algunos medios han cuestionado si la iniciativa busca genuinamente transformar el panorama musical o si se trata, en el fondo, de una estrategia para “entretener” y desviar la atención de problemáticas más profundas como la inseguridad, la violencia estructural o el narcotráfico como actor social. La reacción del público durante la Feria del Caballo en Texcoco evidenció que el enojo y la agresión no se trata únicamente de una disputa musical, sino de un conflicto cultural y de identidad.