
Una delegación plural de legisladores mexicanos viajó a Estados Unidos la semana pasada con el objetivo de frenar el avance de un proyecto legislativo republicano que propone imponer un impuesto del 5% a las remesas enviadas. La iniciativa es parte del paquete fiscal The One, Big, Beautiful Bill propuesto por Donald Trump, el cual tiene el objetivo de destinar presupuesto a políticas antimigratorias, gasto bélico y beneficios fiscales.
Adán Augusto, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, propuso la creación de una delegación para atender el tema directamente en Washington D.C. como respuesta a que, a mediados del mes, la administración Trump anunciara que la iniciativa había sido aprobada por la Cámara de Representantes, por lo que pasaría al Senado estadounidense.
“Sería verdaderamente lamentable que se impusiera este impuesto… Primero, porque es injusto que un ciudadano cualquiera pague una doble tributación. Ya pagan una todos los migrantes, porque cuando reciben el salario fruto de su trabajo ya lleva un descuento, un porcentaje” declaró Adán Augusto.
Asimismo, la presidenta Sheinabaum confirmó que se envió a nuestro país vecino un “documento técnico y político” que expone la postura mexicana frente al gravamen.
En su visita a Washington, los legisladores sostuvieron encuentros con el embajador de México ante Estados Unidos, Esteban Moctezuma Barragán, así como con congresistas estadounidenses, representantes del Caucus Hispano, y directivos de empresas y bancos involucrados en el envío de remesas.
El grupo estuvo conformado por los siguientes senadores y senadoras:
- Ignacio Mier Velazco (Morena)
- Alejandro Murat (Morena)
- Andrea Chávez (Morena)
- Karina Isabel Ruiz (Morena)
- Mauricio Vila Dosal (PAN)
- Cristina Ruíz Sandoval (PRI)
- Geovanna Bañuelos (PT)
- Ruth González Silva (PVEM)
- Amalia Dolores García Medina (MC)
Se alerta que este tipo de medidas impactarían directamente a millones de familias en el país. En 2024, México recibió 64,745 millones de dólares en remesas, un incremento del 2.3% respecto al año anterior. Estados como Chiapas y Guerrero dependen críticamente de estos envíos, representando el 15.9% y 13.8% del PIB estatal, respectivamente.
Por su parte, desde el oficialismo estadounidense, congresistas republicanos han minimizado el impacto de esta medida, argumentando que busca “proporcionar desgravaciones fiscales adicionales para familias trabajadoras y pequeñas empresas”. Sin embargo, los legisladores mexicanos advirtieron que esta carga fiscal incentivaría el uso de vías no formales para el envío de dinero, debilitando los canales seguros del sistema financiero.
Sheinbaum calificó la iniciativa como “injusta y discriminatoria”, e hizo un llamado a los mexicanos en el exterior para que escriban cartas a congresistas estadounidenses expresando su rechazo también.
Uno de los pocos avances concretos fue anunciado por el senador Mauricio Vila Dosal, quien informó que, gracias al cabildeo realizado, el Comité de Reglas de la Cámara de Representantes, se aprobó reducir el impuesto del 5% al 3.5%.
“Aunque no estamos satisfechos, esta disminución representa un gran avance para nuestros migrantes y un ahorro estimado de 20 mil millones de pesos al año. Es un primer paso importante”, afirmó.
Pese a la relevancia de la visita, ni la Secretaría de Relaciones Exteriores ni la Embajada de México en Washington difundieron información oficial sobre la agenda o los resultados del viaje.
La presión diplomática y legislativa continúa, pues los republicanos —mayoría en ambas cámaras del Congreso estadounidense— han dejado claro que su objetivo principal no es el impacto sobre las remesas, sino consolidar un paquete fiscal y político alineado con la visión de Donald Trump. En este contexto, donde la migración suele ser reducida a cifras o discursos de seguridad, la defensa activa de las remesas por parte de los legisladores mexicanos visibiliza el derecho de los migrantes a no ser penalizados por sostener, desde el extranjero, a sus familias.