El 29 de septiembre las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF por sus siglas en inglés), grupo paramilitar sudanés, se negaron a continuar con las negociaciones con las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF) y declararon buscar una solución militar al conflicto. Esto tomó lugar ante el ataque que supuestamente realizó el ejército sudanés a la capital Jartum y a la residencia del embajador de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) el miércoles 25 de septiembre. Asimismo, el portavoz del ejército mencionó que no habrá un alto al fuego, aunque continúen las conversaciones de paz.
La creciente violencia sigue extendiendo la crisis humanitaria del país, al menos la mitad sufre hambre aguda y trece millones de personas han sido desplazadas, lo que representa una quinta parte de la población total y una de las crisis de desplazamiento más grandes en el mundo, de acuerdo con Naciones Unidas.
Desde el 15 de abril de 2023 inició la Guerra Civil por la lucha de poder entre las RSF y las SAF, donde más de 20,000 personas han muerto y 33,000 han sido heridas. Además, ambas partes han sido acusadas de comer crímenes de guerra como saqueos, violencia sexual y atacar hospitales con civiles dentro. Incluso la situación salubre sigue escalando en el país con el brote de cólera por inundaciones, con 19,000 casos aproximadamente y 566 decesos.
Ante esto, se han propuesto vías diplomáticas de la comunidad internacional para solucionar el conflicto. La más reciente llevada a cabo en Suiza y organizada por Estados Unidos y Arabia Saudita; sin embargo, el ejército sudanés no envió ninguna delegación en su representación, perjudicando las posibilidades de llegar a un acuerdo. Adicionalmente, países de la región se han posicionado a favor de una parte u otra con el objetivo de obtener mayor dominio e influencia en Medio Oriente y en el este de África. Por un lado, Egipto y Arabia Saudita apoyan a las SAF; por el otro lado, los EAU, Rusia y Libia apoyan a las RSF.
A partir de la intensificación de los enfrentamientos de la semana pasada, las Fuerzas Armadas de Sudán han extendido su poder dentro de la capital, buscando debilitar a las Fuerzas de Apoyo Rápido. Los enfrentamientos también persisten en El Fasher, la capital del estado de Darfur del Norte, en la región occidental de Sudán, donde los bombardeos a la ciudad han alcanzado a la población y por el momento se desconoce el número de víctimas.
El conflicto en Sudán, lejos de llegar a una resolución, sigue vulnerando a millones de civiles dentro de una crisis humanitaria devastadora. Mientras las negociaciones por alcanzar un alto al fuego fallan, se muestra la necesidad por crear una intervención eficaz y coordinada que efectúe cambios sociales, políticos y salubres.