El 1 de octubre de 2024, Claudia Sheinbaum Pardo hizo historia al convertirse en la primera mujer en asumir la presidencia de México. La ceremonia tuvo lugar en el Palacio Legislativo de San Lázaro en la Ciudad de México, sede de la Cámara de Diputados, con la asistencia de mandatarios y representantes de 105 países, figuras importantes del ámbito político y empresarial del país, así como con 23 organismos internacionales. Unos 900 invitados presenciaron el evento, entre ellos líderes latinoamericanos como Lula da Silva, presidente de Brasil; Gustavo Petro, presidente de Colombia y Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de Cuba. Por su parte, Jill Biden, primera dama de Estados Unidos; Tie Ning, vicepresidenta del legislativo en China; Chrystia Freeland, viceprimera ministra de Canadá; Christian Wilhelm Walter, ex-presidente de Alemania, también estuvieron presentes, subrayando la importancia global del cambio de gobierno.
Sheinbaum recibió la banda presidencial de manos de la presidenta de la Cámara de Diputados de 94 años de edad, Ifigenia Martínez. Este evento no solo marca un cambio de liderazgo, sino también la continuación de las políticas sociales implementadas durante el mandato de Andrés Manuel López Obrador, a quien Sheinbaum elogió públicamente. “Vamos a mantener todos los programas del presidente y digo presidente porque es el mejor presidente que ha tenido nuestro país”. La presidenta enfatizó que su gobierno trabajará para mejorar las condiciones de vida de las mujeres y los niños, prometiendo ampliar programas sociales y limitar los precios de bienes esenciales. No obstante, fuera del recinto, las calles cercanas estuvieron blindadas, por policías y granaderos, para contener las manifestaciones de civiles y trabajadores del poder judicial que mostraban su descontento con decisiones recientemente tomadas por el gobierno, como las reformas constitucionales al poder judicial y a la Guardia Nacional.
Al mismo tiempo, irónicamente, Sheinbaum dió su discurso donde manifestó garantizar “todas las libertades, la de expresión, de prensa, de reunión, de movilización.” Igualmente habló de la libertad afirmando que “es un principio democrático y nosotros somos demócratas, se respetarán los derechos humanos y nunca usaremos la fuerza del Estado para reprimir al pueblo”. Adicionalmente, subrayó la importancia de la diversidad y la igualdad de género, afirmando que su presidencia representa un cambio en la mentalidad popular mexicana, donde las mujeres ahora también pueden ocupar los más altos cargos de poder. Sus palabras fueron: “Las mujeres también pueden ser presidentas, con ‘a’ al final. Solo lo que se nombra existe”.
Otro aspecto importante de su gobierno será la implementación de un plan de 100 puntos, que guiará su administración en los próximos seis años. Estos puntos incluyen mejoras en los programas sociales, el control de precios de bienes esenciales, la construcción de viviendas y un enfoque en mejorar la calidad de vida de los grupos más vulnerables.
El día concluyó con un discurso multitudinario en el Zócalo de la Ciudad de México, donde Sheinbaum reiteró su compromiso con los pueblos indígenas mediante el recibimiento del bastón de mando, objeto ceremonial utilizado en algunas comunidades indígenas para representar autoridad política. Habló sobre la continuidad de la Cuarta Transformación y celebró el logro histórico de las mujeres en México. Finalmente, y por primera vez en la historia de México, se puede ver a los tres poderes encabezados por mujeres: Claudia Sheinbuam como presidenta del ejecutivo, Norma Piña como presidenta del judicial e Ifigenia Martínez como presidenta del legislativo.