
A lo largo de la segunda mitad de marzo, ha tomado relevancia la inicial aceptación de los esfuerzos del Presidente Trump por llegar a un cese al fuego entre Ucrania y Rusia; no obstante, coincidió con el regreso de la ofensiva de Israel a Gaza, poniendo fin al cese de hostilidades acordado el 19 de enero. Es aquí donde surge la pregunta ¿se trata de una reconfiguración estratégica de quienes están al poder de decir cuándo y dónde se hace la guerra?
Israel-Hamás
Durante la madrugada del 18 de marzo, las fuerzas armadas de Israel lanzaron bombardeos aéreos a lo largo de todo el territorio residencial de Gaza, acciones que terminaron con el frágil alto al fuego con Hamás. De acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, hubo 404 víctimas mortales y 562 heridos, donde la mayoría eran mujeres e infancias y muchos más que aún se encuentran bajo los escombros. No solo se trata de amplias violaciones del derecho internacional humanitario que protege a los civiles en conflictos armados, sino que los ciudadanos de las zonas afectadas no fueron notificados de una evacuación por el estado israelí. Incluso, en los últimos 17 días el gobierno de Israel había negado la entrada de ayuda humanitaria como comida, agua o medicamentos, amplificando la crisis de hambruna ya presente en Gaza.
A pesar de que el Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, justificó que las “medidas energéticas” se dieron por la negativa de Hamás de liberar a los 59 rehenes israelíes y el posible re-armamento del grupo, se desmintieron estas declaraciones pues Israel estuvo posponiendo la Fase 2 del acuerdo. Esta constaba de llegar a un alto al fuego permanente, el intercambio de los rehenes restantes por prisioneros palestinos y el completo retiro de tropas israelíes del territorio. Por su parte, Hamás condenó gravemente las afectaciones a la población palestina, declaró:
“Netanyahu y su gobierno extremista están tomando la decisión de revocar el acuerdo de alto el fuego, exponiendo a los prisioneros de Gaza a un destino desconocido”
Asimismo, la población israelí se encuentra dividida entre quienes apoyan la decisión militar del gobierno de atacar Gaza y aquellos que son familiares de los rehenes o coinciden en que una nueva escalada del conflicto pone en riesgo a los israelíes privados de su libertad, manteniendo manifestaciones contra Netanyahu. Incluso, la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aclaró que las acciones de Israel fueron consultadas con anterioridad con el Estados Unidos y mencionó:
“Cómo ha dejado claro el Presidente Trump – Hamás, los Hutíes, Irán y todos aquellos que busquen aterrorizar, no solo a Israel, sino también a los Estados Unidos de América, tendrán que pagar un precio. Se desatará un infierno.”
El 19 de marzo, Israel reanudó sus operaciones terrestres y continuó lanzando bombardeos aéreos, sus primeras incursiones se dieron al centro de Gaza para retomar el control del corredor Netzarim, el cual divide norte y sur del territorio. Las Fuerzas Armadas de Israel dieron a conocer que la operación tiene el objetivo de expandir una zona segura y mantener una barrera parcial en la Franja de Gaza. Igualmente, el Ministro de Defensa, Israel Katz amenazó con “destruir completamente Gaza y anexar parte de los territorios ocupados” si Hamás no entregaba a los rehenes. Finalmente, el viernes 21 de marzo, la población gazatí fallecida por los ataques ascendía a las 600 víctimas y al menos 200 de ellas eran infancias.
Ucrania-Rusia
Del 11 al 13 de marzo, Ucrania aceptó avanzar en la propuesta de Estados Unidos por un alto al fuego y Rusia coincidió en los principios ofrecidos por la administración de Trump, mas estableció ciertas condiciones sobre el reconocimiento de los territorios ocupados como soberanos de Rusia, la no integración de Ucrania a la OTAN y el levantamiento de sanciones estadounidenses, para implementar el acuerdo.
Durante el 18 de marzo, el Presidente Donald Trump mantuvo una llamada telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin. Una vez finalizada su comunicación, habían acordado una pausa en los ataques a la infraestructura energética de Ucrania por 30 días, pero Putin no aceptó completamente la propuesta de Trump. El mismo día hubo un ataque con 40 drones rusos que alcanzaron a un hospital en los alrededores de la capital de Ucrania, Kiev. Por su parte, el Presidente Volodymyr Zelensky publicó en sus redes sociales:
“Hoy Putin rechazó de facto la propuesta de un alto el fuego total. Sería correcto que el mundo rechazará cualquier intento de Putin de prolongar la guerra”
Al día siguiente, Zelensky y Trump también tuvieron una llamada en la que hablaron sobre las condiciones de Rusia, así como del apoyo de defensa aérea y el encuentro en Arabia Saudita para continuar negociando el cese al fuego. A pesar de que ha habido gran optimismo en la arena internacional, han persistido las diferencias acerca de la soberanía de los territorios y las garantías de seguridad para Ucrania.
Además, el 21 de marzo hubo un ataque que provocó la explosión de una estación rusa de bombeo de gas, ubicada cerca de la frontera donde se han retirado las tropas ucranianas. Hasta el momento se desconoce de donde proviene el ataque, mientras que Ucrania y Rusia se acusan mutuamente de realizar la ofensiva. Simultáneamente, Trump aseguró que “muy pronto” se completará un total alto al fuego.
Aunque ambos conflictos presentan complicaciones para poner fin a las hostilidades, son claras las prioridades estadounidenses dentro de conflictos externos. Mientras que prefiere mediar por una paz entre Rusia y Ucrania, permite que un genocidio hacia la población palestina avance sin consideración alguna a los civiles. Una vez más persiste la preferencia de las élites globales por el mundo occidental y quienes son más cercanos a sus valores, como lo es Ucrania, a velar por la humanidad en Medio Oriente. ¿Es la paz un objetivo real en la política internacional o es solo una herramienta estratégica según quien maneja al mundo?