Durante el domingo 23 de febrero se llevaron a cabo elecciones federales anticipadas en Alemania, en las cuales 60 millones de ciudadanos elegirán al Bundestag (parlamento nacional) y estos votarán por él o la siguiente canciller. A pesar de que se tenía planeado el proceso electoral para finales de 2025, hubo que adelantarlo ante el colapso de la coalición de Olaf Scholz entre socialdemócratas (SPD), verdes y liberales (FDP). De acuerdo con los primeros resultados, el partido conservador tradicional Unión Cristianodemócrata (CDU), en asociación con Unión Social Cristiana (CSU) ganaron la mayoría de votos con un 28.6%. En segundo lugar, la ultraderecha alemana Alternativa para Alemania (AfD) obtuvo el 20.8% de los votos, siendo un resultado nunca antes visto desde finales de la Segunda Guerra Mundial para esta ideología de partido. En tercero, el Partido Socialdemócrata (SPD) consiguió el 16.4% de representación, lo cual resulta significativo dado que perdió más de 10 puntos a comparación con su resultado ganador en 2021. Por último, el partido Los Verdes logró obtener el 11.6% y la extrema izquierda Die Linke obtuvo 8.8% de votos; de manera que ambos superaron el mínimo de 5% para tener escaños en el parlamento.
A partir del recuento de votos, Friedrich Merz, líder de CDU, se posiciona con amplias posibilidades de ser canciller; aún así requiere negociar una coalición con otros partidos para obtener la mayoría parlamentaria. Dentro de sus propuestas principales están los controles fronterizos estrictos, aumento en deportaciones, reducción de prestaciones sociales, y una dura crítica a la administración actual sobre la recesión económica.
Por otro lado, el ascenso de AfD representa el gran atractivo populista que está alineado a las personas votantes críticas sobre migración, tema que no es aislado en Europa, y particularmente en el este de Alemania. Cada vez es más visible la presencia de la ultraderecha en gobiernos federales del continente, así como en el Parlamento Europeo. Las mismas juventudes, comienzan a inclinar su voto por partidos extremistas ante la perspectiva sobre lo corruptos e ineficientes que han sido los partidos tradicionales.
Las elecciones anticipadas en Alemania marcan un punto de inflexión clave dentro de la política del país, pasando de un gobierno de centro-izquierda a un parlamento de derecha. Durante los próximos meses se irán definiendo la postura de los partidos en la toma de decisiones en materia de migración, economía, seguridad y política exterior. Igualmente, la tendencia actual en Europa por elegir partidos extremistas subraya la polarización que día con día crece en el panorama político de Alemania y el mundo.
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