
El 21 de agosto el presidente Trump ordenó el despliegue de tres buques de guerra, 4.500 soldados estadounidenses, aviones de combate y submarinos estadounidenses frente a la costa de Venezuela como una estrategia para frenar el narcotráfico, pero especialmente para presionar al presidente Nicolás Maduro. Estas acciones van en conjunto a la recompensa del gobierno estadounidense de 50 millones de dólares por la búsqueda y captura de Maduro ante cargos de tráfico de cocaína y de liderar el Cártel de los Soles.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt afirmó:
“El régimen de Maduro no es el gobierno legítimo de Venezuela, es un cártel de narco-terror, y Maduro, según la opinión de esta administración, no es un presidente legítimo. Es un líder fugitivo de este cártel, que ha sido acusado en Estados Unidos”
Desde el anonimato, algunas fuentes declararon que se trata de los buques USS Gravely, USS Jason Dunham, y USS Sampson con un sistema de combate Aegis el cual permite monitoreos y armas navales. Se estima que llegarán a las costas venezolanas en la mañana del domingo 24 de agosto con 2,200 marines.
Como respuesta, Maduro movilizó a 4.5 millones de miembros de la milicia a lo largo del país para cubrir las costas, además declaró en la XIII Cumbre Extraordinaria del ALBA-TCP (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos):
“Rechazamos de manera categórica las órdenes del gobierno de los Estados Unidos de desplegar fuerzas militares bajo pretextos falsos con la clara intención de imponer políticas ilegales, injerencistas y contrarias al orden constitucional de los estados de América Latina y del Caribe.
Hubo diversas reacciones internacionales, del lado de Latinoamérica, el presidente Gustavo Petro afirmó las implicaciones que tiene la estrategia estadounidense para Colombia:
“Los gringos están en la olla si piensan que invadiendo Venezuela resuelven su problema, […] solo que con el problema se arrastran a Colombia a lo mismo, porque irían estos grupos a apoderarse de las riquezas del subsuelo y eso significa más economía para la muerte, no para la vida”
Por otra parte, China condenó a Estados Unidos por sus acciones, la vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores, Mao Ning habló ante los medios:
“China se opone a cualquier acción que viole los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y la soberanía y seguridad de un país“
Para los próximos días será crucial monitorear lo que sucederá con los buques estadounidenses y las acciones de Nicolás Maduro. Así mismo, será de gran importancia el posicionamiento del resto de países de América Latina, mismos que no necesariamente defienden al régimen venezolano actual pero no pueden dejar que la soberanía de la región se viole militarmente.