
La región del Medio Oriente, a la largo de la historia se ha caracterizado por ser una zona llena de tensiones políticas, sociales e incluso económicas, esto debido a la presencia de dos posiciones sumamente contrastantes entre sí que han coexistido y, se han disputado el control del territorio. Por una parte, la facción principalmente compuesta por Estados musulmanes y que promueven la unidad para contrarrestar la influencia de los Estados Unidos y otras potencias en asuntos internos. Y por otra, la postura de Israel pro Occidente y su intensión de expandir su territorio y subyugar a sus iguales.
Derivado de estos enfrentamientos ideológicos, y con la conformación del Estado Israelí en 1948 dentro de una zona que históricamente ha sido ocupada por diversas etnias, se desataron diversos conflictos armados; la gran mayoría de ellos con el propósito de eliminar al nuevo Estado fundado en la región. Ahora, estas ofensivas militares nos alcanzado hasta la actualidad y con ellas se permite explicar la condición tan vulnerable en la que se encuentra toda esta área, especialmente el terreno ocupado por el pueblo palestino. Y la propia prevalecía de Israel, así como poder creciente y su posición de defensa permanente.
Esta semana, el Primer Ministro del Estado de Israel y el Presidente de los Estados Unidos se reunieron en Washington D.C. para hablar temas de interés común, y esencialmente discutir un nuevo plan de gestión para el conflicto que tiene Israel con la nación Palestina y otros países del Medio Oriente. Así, durante este período ambos mandatarios han participado en conferencias de prensa y reuniones públicas donde han emitido comentarios que comienzan a preocupar a las organizaciones internacionales, las asociaciones civiles y a otros Estados debido a las acciones de los Estados Unidos en cuanto a sus relaciones internacionales.
Donald Trump ha mencionado tres puntos centrales para su plan en la Franja de Gaza, el primero de ellos hace alusión a apoyar una reconstrucción completa de las zonas que han sido devastados a causa de los ataques constantes. Propone hacerse cargo del territorio, gestionarlo durante un periodo y así lograr financiar un plan que ayude a restaurar la infraestructura de la zona. Para esta idea, ha intentado conseguir el apoyo de Egipto y Jordania, ya que su segundo punto se fundamenta en el traslado de todas personas durante el desarrollo del plan.
Posterior a esta declaración, varios países mostraron su malestar, naciones como Egipto, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, la Autoridad Palestina y la Liga Árabe mencionaron que articular este proyecto significa “amenazar la estabilidad de la región, correr el riesgo de expandir el conflicto y socavar las perspectivas de paz y coexistencia entre sus pueblos”. Además, organizaciones como Amnistía Internacional han catalogado los comentarios como indignantes y vergonzosos, además que “constituyen una violación flagrante del derecho internacional”.
El tercer punto de Trump, y como fin último de su proyecto de desplazamiento forzado y sobre la reconstrucción del país, espera crear lo que ha denominado como “la Riviera del Medio Oriente”. Trump ha propuesto que la toda la inversión venga de los Estados Unidos, sin embargo, otros expertos alientan a los países del Medio Oriente y del Golfo, a la Unión Europea, al Fondo de Desarrollo y Reconstrucción de las Naciones Unidas, y otros órganos a apoyar la medida.
Hasta el momento, la unificación árabe se ha posicionado en contra de la medida, al igual que otras naciones aliadas, esto gracias a la diferencia ideológica y al peligro que representa esta serie de medidas para los más de 2 millones de habitantes que se encuentran en la Franja de Gaza, además que cuestionan la apropiación territorial que pretende ejercer Estados Unidos.
– Créditos a imagen destacada: El Orden Mundial –