
La situación en la Franja de Gaza cada vez es más grave y se deteriora día con día, desde el 7 de octubre de 2023 a mitades de agosto, la guerra de Israel y Hamás ha matado a 61,722 personas y herido a más de 154,525, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Palestina.
Desde el 4 de agosto, 25 ministros de relaciones exteriores de países como Reino Unido, Australia, Francia, España, y Japón, emitieron una declaración conjunta en la que exigen un “alud de ayuda humanitaria” para Gaza. Esta iniciativa fue presentada en una sesión especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU; ahí mismo, se denunció el colapso casi total del sistema sanitario de Palestina, así como la falta de acceso a servicios básicos de insumos médicos y una hambruna generalizada inminente debido a las limitaciones israelíes por controlar el flujo de la ayuda humanitaria. De acuerdo con la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU, más de 80 % de la población en Gaza depende completamente de asistencia externa.
Aún así, los posicionamientos políticos de los estados occidentales son resultado de presiones internas como las movilizaciones de la población civil alrededor del mundo que piden el alto al fuego, el estancamiento diplomático de otras vías de resolución, la prevención de una escalada regional en Medio Oriente y el desgaste de la “legitimidad” de defensa israelí.
Dos días después, el miércoles 6 de agosto, un ataque aéreo israelí en el sur de Gaza mató a cinco periodistas de Al Jazeera que cubrían la situación humanitaria, sus nombres eran:
- Anas al‑Sharif – corresponsal
- Mohammed Qreiqeh – reportero
- Ibrahim Zaher – camarógrafo
- Mohammed Noufal – camarógrafo
- Moamen Aliwa – camarógrafo
El hecho generó una fuerte condena internacional pues más de 200 corresponsales han muerto mientras trabajaban en condiciones extremas, sin protección adecuada y atacados por el estado de Israel. Reporteros Sin Fronteras y Amnistía Internacional publicaron comunicados conjuntos denunciando un patrón sistemático de ataques contra trabajadores de prensa en zonas de conflicto. Fue así que la comunidad internacional, especialmente en Europa, comenzó entonces a discutir la posibilidad de sanciones diplomáticas y económicas contra Israel.
El jueves 7 de agosto, el Parlamento Europeo abrió un debate formal sobre la viabilidad de suspender las exportaciones de armas a Israel, en particular desde países como Alemania, Francia y Suecia. El alto representante para Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, declaró:
“Europa no puede ser cómplice de violaciones sistemáticas del derecho internacional humanitario”
Como una medida de alto impacto político, el viernes 9 de agosto, el primer ministro australiano Anthony Albanese anunció oficialmente que Australia reconoce al Estado palestino. La decisión fue comunicada en una rueda de prensa en Canberra por la ministra de Exteriores Penny Wong, quien afirmó:
“No podemos seguir esperando una solución que nunca llega. Este es un acto de justicia histórica”
El reconocimiento formal se dará en septiembre durante el periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. A pesar de que la noticia fue bien recibida por la Autoridad Nacional Palestina, así como por Hamás y parte de la comunidad internacional que lo celebró como una victoria diplomática, la oposición australiana, liderada por Peter Dutton, criticó fuertemente la medida, acusando al gobierno de “legitimar a una organización terrorista”.
Posteriormente, el sábado 10 de agosto, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, respondió a la decisión australiana calificándola de “simbólica y perjudicial”. Según Rubio, el reconocimiento unilateral podría entorpecer los esfuerzos de paz y “fortalecer a las facciones extremistas”. Ese mismo día, el gobierno israelí emitió un comunicado expresando su “profunda decepción” ante la decisión de Canberra, alegando que el reconocimiento de Palestina sin negociaciones bilaterales “socava los fundamentos del proceso de paz de Oslo”. Asimismo anunció la toma militar de la totalidad de la Franja de Gaza donde se espera una estrategia de evacuación forzada que desplace a cerca de un millón de personas y las concentre en zonas del sur del territorio.
Durante las últimas 24 horas, al menos 123 palestinos, entre ellos 21 personas que buscaban ayuda humanitaria, han sido asesinados y 437 más resultaron heridos en ataques israelíes en toda la Franja de Gaza. Al mismo tiempo ocho personas, incluidos tres niños, murieron de hambre, elevando el número total de muertes relacionadas con la desnutrición a 235, de las cuales 106 son menores de edad. En medio de este panorama, la delegación de Hamás ha llegado a Egipto para mantener nuevas conversaciones con el objetivo de lograr un alto el fuego, aunque Israel sigue avanzando con su plan de tomar la ciudad de Gaza..
En este contexto, cada vez se vuelve más complejo poder estimar qué podrá ocurrir con el conflicto entre Israel y Hamás, mientras la población civil se encuentra en condiciones indignantes e inhumanas. Si bien los esfuerzos de Europa y occidente son importantes y significativos, las acciones políticas deben ir más allá ante una crisis humanitaria tan grave. Definitivamente, el reconocimiento del estado de Palestina por Australia marca un precedente sustancial, pero este es un primer paso para responder al conflicto.