
Cada tercer martes de septiembre se lleva a cabo la Asamblea General de las Naciones Unidas desde hace 80 años, esta vez se celebró del martes 23 al lunes 29 de septiembre de 2025 en la sede de Nueva York. Es un evento muy esperado por la comunidad internacional ante la fragmentación política que aumenta entre naciones y los crecientes desafíos globales de conflictos armados, genocidios, cambio climático, seguridad, comercio y el funcionamiento de la misma ONU. El debate general de alto nivel de la Asamblea comenzó el 23 de septiembre, momento en el que jefes de gobierno, de estado y ministros toman la palabra para dar sus declaraciones oficiales sobre la postura que su país adopta en los temas antes mencionados, entre otros.
Tal como es tradición, Brasil es el primero en pasar al podio, seguido de Estados Unidos por ser el país anfitrión. Dinámica que resulta tensa ante las acusaciones y choques ideológicos entre Luiz Inácio Lula Da Silva, presidente de Brasil, y su homólogo Donald Trump, presidente de los Estados Unidos. Para los demás miembros, el orden está determinado por el nivel de representación, es decir, el nivel de la persona funcionaria que atiende el evento, ya sean jefes de estado, jefes de gobierno o ministros.
El orden del primer día fue el siguiente:

Dentro de las declaraciones más destacadas, se encuentran las de los presidentes Lula Da Silva, Trump, Emmanuel Macron y Gustavo Petro. Primero, Lula lanzó duras críticas contra los autócratas, los ataques al estado de derecho, y alertó sobre la debilitación del multilateralismo. Advirtió que lo que sucede en Ucrania no es solo un asunto regional, sino una amenaza a un orden internacional basado en reglas, igualmente criticó las operaciones militares en el Caribe relacionadas con narcotráfico, sin dar nombres explícitos, pero señalando lo que interpreta como excesos o implicaciones geopolíticas peligrosas de Estados Unidos. Posteriormente, Trump se explayó desde el cuestionamiento del valor del cambio climático (“un engaño”) hasta criticar las políticas migratorias de Europa, acusaciones a países por seguir comprando energía rusa, y un discurso que promueve la soberanía nacional frente a compromisos multilaterales.
“¿Cuál es el propósito de las Naciones Unidas? La ONU tiene un tremendo potencial, siempre lo he dicho. Pero no está ni cerca de vivir a dicho potencial. […] Puedo estar en desacuerdo algunas veces, pero yo la apoyo firmemente por el potencial de paz tan grande que tiene.”
Así mismo, Trump aseguró que él ha sido quien más ha solucionado guerras, incluso diciendo que él debería de ganar el Premio Nobel de la Paz. En las redes sociales del Departamento de Estado publicó todas las guerras a las que, de acuerdo a su administración, ha llevado paz, a pesar de que algunos de los conflictos que menciona nunca existieron o no han finalizado.
Posteriormente, Gustavo Petro, Presidente de Colombia dió un discurso polémico pero muy contundente al hablar francamente del sistema multilateral actual y las injusticias que enfrentan las poblaciones y países más vulnerables.
“No hay raza superior señores, no hay pueblo elegido de dios, no lo es ni Estados Unidos ni Israel. Ignorantes, fundamentalistas y de extrema derecha piensan así. El pueblo elegido de Dios es la humanidad, toda.”
Parte de su discurso fue el siguiente:
Para el 24 de septiembre, tomaron la palabra:

Dentro de los discursos más polémicos fueron el de Volodimir Zelensky, presidente de Ucrania, Alexander Stubb, presidente de Finlandia y William Ruto, Presidente de Kenia. Primero, Zelensky aseguró que el derecho internacional no funciona sin el respaldo de “amigos poderosos” y equipo militar, porque “esas armas deciden quién sobrevive”. También puntualizó que los conflictos en Sudán, Somalia y Palestina evidencian un sistema global incapaz de prevenir y dar soluciones, especialmente lo débiles que son las instituciones intergubernamentales como la ONU. Después, Stubb recalcó que ningún estado tiene el derecho de atacar a otro o utilizar territorios para guerras proxy por intereses económicos o estratégicos, fue así que llegó a hablar de la reforma al Consejo de Seguridad:
“Al menos debería de haber dos lugares nuevos para Asia, dos para África y uno para Latinoamérica. Ningún estado debería tener poder de veto. Y si un miembro del Consejo de Seguridad viola la carta de la ONU, su derecho a votar debe ser suspendido.”
Después, Ruto destacó el papel menospreciado que la comunidad internacional tiene sobre todo el continente africano, a pesar de su tamaño y la cantidad de países que son:
“Ustedes no se pueden hacer llamar las Naciones Unidas, mientras ignoran la voz de 54 naciones, no es posible. África ya no está dispuesta a esperar en los márgenes de la gobernanza global, cuando las decisiones de paz, seguridad y desarrollo se toman sin nuestro entendimiento, sin nuestras perspectivas y sin nuestra voz. […] África domina la mayoría de la agenda del Consejo de Seguridad, proporciona los contingentes más grandes de Cascos Azules y carga con el peso de la inestabilidad, a pesar de ser el único continente sin un asiento permanente en la mesa donde se toman decisiones de nuestro futuro.”
El 25 de septiembre, los países que pasaron al podio fueron:

Créditos: Al Jazeera
Este día, la declaración de Palestina por el Presidente Mahmoud Abbas fue transmitida en línea debido a que no pudo viajar a Nueva York en vista del negado de visados de Estados Unidos a más de 80 funcionarios palestinos, alegando razones de seguridad nacional y cumplimiento de compromisos políticos. Acusó al estado de Israel de crímenes de lesa humanidad y genocidio en Gaza, pidió un alto al fuego y la entrada de ayuda humanitaria. También rechazó rotundamente que Hamás tenga un rol dentro del gobierno palestino, subrayó:
“Jerusalén es nuestra capital eterna, y ningún asentamiento podrá borrar nuestro derecho. Rechazamos que la solidaridad con Palestina se confunda con antisemitismo: exigir justicia no es un crimen.”
Finalmente, el 26 de septiembre las declaraciones que se presentaron fueron:

Fue en la primera intervención, la de Israel, que diversos delegados de países miembros salieron de la sala a manera de protesta una vez que Benjamin Netanyahu tomó la palabra. Dentro de su discurso atacó a aquellos gobiernos occidentales que han reconocido a Palestina como estado últimamente, como Reino Unido, Francia y Australia. Asimismo, agradeció a los Estados Unidos por su apoyo y el rol que tomó en la guerra de 12 días con Irán, ya que los países alrededor de Israel son enemigos en común con Estados Unidos. Aseguró que Palestina como un estado nunca existirá, refutando las alegaciones de genocidio y rechazando profundamente que no exista ayuda humanitaria en Gaza, a pesar de las diversas evidencias que indican lo contrario al discurso de Netanyahu.

Finalmente, la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2025 reflejó de manera contundente la creciente polarización global, el debilitamiento del multilateralismo y las tensiones geopolíticas que atraviesan al sistema internacional. Las intervenciones de líderes como Lula, Trump, Petro, Zelensky, Abbas y Netanyahu dejaron en evidencia profundas divisiones ideológicas, disputas por el poder y la urgencia de reformar los organismos internacionales para que sean más inclusivos, representativos y eficaces. La ausencia física de líderes como Mahmoud Abbas, por razones políticas y diplomáticas, y las protestas simbólicas durante discursos clave, subrayan el clima tenso en el que se desenvuelven hoy las relaciones internacionales. Esta Asamblea ha dejado en claro que las injusticias no pasan desapercibidas, ni por los gobiernos, ni por la población civil, este es apenas un paso para reconstruir un sistema que ha oprimido a tantas personas de norte a sur y de esta a oeste.