
El Estado de Texas, a través de su gobernador Greg Abbott ha representado diversos episodios de represión brutal en contra de los migrantes que intentan ingresar por la frontera que comporta con territorio mexicano. Sin embargo, durante todo el año 2023 y 2024 la política estatal anti migratoria se ha endurecido, llegando incluso a confrontaciones directas con el gobierno federal y el presidente Joe Biden.
Entre las principales acciones desarrolladas por Texas para intentar controlar el flujo migratorio que llega a su territorio; se encuentra el despliegue de boyas esféricas de hasta 1.5 metros de diámetro revestidas de púas a lo largo del Río Bravo. Adicionalmente, se ha reforzado y ampliado el ya existente alambre de púas en el contorno del río. Sin olvidar que con el fin de generar una barrera física, se han acomodado una gran cantidad de contenedores mercantiles para dificultar el cruce.
Las acciones descritas con anterioridad han chocado con la posición del presidente Joe Biden, y el manejo de la migración por parte de su administración. Incluso llegando a generar choques políticos fuertes, y derivando en instancias gubernamentales como la Corte Suprema de los Estado Unidos. Misma que en numerosas ocasiones ha ordenado detener leyes y acciones que atentan directamente contra la integridad de los migrantes.
Sin embargo, con el resultado de la pasada elección federal, y los diversos triunfos por el partido Republicano. Así como el inminente regreso del expresidente Donald Trump a la Casa Blanca, se ha iniciado de nuevo la ejecución de movimientos contra las personas migrantes. Pues durante toda la campaña, el presidente electo Trump ha desatado una crítica a la doctrina articulada por el mandatario Joe Biden, y se ha posicionado a favor del cierre de las fronteras , la expulsión masiva de migrantes y el corte de los flujos migratorios.
Con el hecho más reciente, Texas ha desatado de nuevo controversia en la población interna y en el ámbito internacional. Ya que ha decidido otorgar un terreno que comprende cerca de 500 hectáreas a la próxima administración, esto se ha propuesto con el fin de construir un centro de detención de migrantes indocumentados, y cooperar a la propuesta referente a efectuar deportaciones masivas. Incluso, la Oficina General de Tierras de Texas ha mencionado que ya se tiene un acuerdo listo con el Departamento de Seguridad Nacional para comenzar la construcción.
Este espacio fue adquirido por el Estado a finales del mes de octubre del año en curso, y su compra se explicó por medio de un comunicado de prensa donde se expresaba que este fue adjudicado para reforzar la seguridad fronteriza y construir más kilómetros de muro. Si bien en la actualidad esta tierra sirve como medio de cultivo de diversos productos agrícolas, se espera pronto estos sean removido; aunque esto no se ha declarado ante el gobierno federal.
Si bien esta es la primera acción por un Estado de la nación, el equipo administrativo de Donald Trump ya ha empezado pláticas con empresas privadas del rubro carcelario para poder desarrollar e implementar su idea. Con ello, organizaciones civiles, gobiernos extranjeros y agencias internacionales se han pronunciado en contra de los discursos dados durante la campaña del expresidente Trump. Se esperan que con la toma de poder sus acciones sean más moderadas y disminuya su agresividad.
– Créditos a imagen destacada: El País –